despedida

Sumergido en la acuosidad de su mirada
que de lágrimas
adorna el marrón/amarillo del iris aclamado

y la despedida

y todo es asquerosamente obvio
cuando las cosas
se escapan de tu mirada urgente

sobre los mares

de las flores gesticulares
en lo doloroso de la verdad y las palabras innecesarias

cuando ocurre silenciosamente,
el saludo triste.
Las metáforas y todas esas cosas
están pasadas de moda.
Pero qué importa,
si las personas se envuelven en capullos de baba,
que cuando se secan
se hacen costras de frustración.
“Derribar el muro de Berlín
no sirvió más que para afianzar el capitalismo salvaje”
te dice un hombre-manual
y aunque tenga razón, la razón no cuenta.
Tampoco el sentimiento;
ni siquiera la moda podría explicar cierto tipos de acciones
que a la postre terminan siendo
como decir que lluvia dividido dos es igual a tres.
Las relaciones y todas esas cosas
están pasadas de rosca.
Pero qué importa,
si las personas son orugas buscando ser mariposas.

once de la noche y once miligramos de clonazepam y algo que no tiene nombre

Trató de no escucharte, trató de llorar. Trató de llorar, de que se le pusieran un poquito húmedos los ojos y de que a vos se te encendieran algunas lámparas (es mucho pedir).

A veces


la noche




es el peor de los tugurios.

A veces no tengo criterio para discernir lo malo de lo peor, pero por momentos todo se reduce a algo tan simple como estar con.

Hoy se ven clarísimas las luces.

Convocatoria abierta

Poetas y fotógrafos y músicos y dibujantes y personas bellas con ganas de compartir sus creaciones/ destrucciones en fiesta Ciclo menstrual día 3 y posteriores a realizarse el 7 de octubre y los primeros jueves de cada mes en casa hermosa de amigos, gratis, microfono abierto, música, hormonas,amor.
Mande mail a gualicho-@hotmail.com

..poema de invierno..

incrustado en el brillo redondo en tus córneas
la paz de tu niñez
perdida allá en el tiempo
los ruidos de tu pasado torturando tus días

mostrándome los dientes desde abajo
con el entusiasmo en el cielo
y las ganas reberberando en tu cuerpo.
como una paloma blanca que encandila,

un pozo de brillo entre tanta ciudad.

Agua de lluvia, gotas agrias de reminiscencia

Te jactabas de tu suzuki negro, limpito, negro como tus rulos, como los pelos de tu culo limpito, negro,
reluciente.
Vanagloriaste tu gran nube de jaco pastorius sonando en la negrura elegante, limpia, de tu culo, de tu auto, highway star, me diste un beso highway star.
Te regalé el dvd
del recital del día en que naciste.
Salíamos con otro amigo tuyo, que era más lindo que vos.
Las ventanas cerradas, el aplomo asustado de mi persona contra el asiento delantero de acompañante,
siempre fui tu acompañante.
Besos húmedos y la timidez soberana del silencio, invierno afuera de tu auto, invierno adentro mío y tu sonrisa fue sin quererlo siempre cruel.
Te meabas de felicidad en el orgullo de tu auto, del cinco a cero de central, tu bajo eléctrico de chico rico y el perfil de che guevara forrado en guita viviendo en fishertown.
Decir que te quise bastante es una forma caprichosa de no decir que te quise mucho.
Me dijiste que la ética no estaba guardada en un cajón.
Pero te aburrían los beatles, y nunca te gustó lou reed.

Tus jefes y tus padres te dicen lo que tenés que hacer, el momento de pensar y hacer por uno mismo era ayer, aunque hoy no es demasiado tarde

Los jefes son los dueños de la vida.
Mis jefes son los dueños de la mía.
Que llego tarde
Que me voy temprano
Que tardo en hacer las cosas
Que lo hice demasiado rápido y que me fije si lo puedo mejorar
Que el aumento lo vemos el mes que viene
Que el aguinaldo hay que ver cuando me lo pagan
¿Y dónde quedo yo?
En el medio de su quilombo organizativo
Me recuerda a cuando tenía cinco o seis años y mi mamá y mi papá discutían.
No sabía si meterme
Si hacer como si nada
Si llorar
Si preocuparme
Si irme a dormir
Si jugar a los muñecos
O escapar silenciosamente
aprovechando sus gritos
para irme para siempre
Queridos mogólicxs:
Hoy, quiero compartir con ustedes un material audiovisual donde podrán admirar los dotes de recitadora de nuestra amada curadora, de nuestra organizadora, de nuestra líder indiscutible 6imena 6iselle 6oñi.
Poco se acerca este video a demostrar sus verdaderos dotes, sus reales encantos, pero como bien dice el poema de mi autoría que escucharán a continuación, "las intenciones siempre son buenas"...

(Sin titulo)

Por Julián Pagano


La paloma voló,


Se posó en la zanja

Y bebió;

¿beberá lo mismo que quien escribe poemas

Para él que no los quiere?.



Un obrero

Hace tres días

Miraba aburrido

Una construcción,

Hoy son dos,

Y vos seguís escribiendo

Frases de canciones

En un papel.



Veo casas que antes no estaban,

O no vi

Porque miro para arriba,

Arriba de los árboles,

El cielo,

Azul o gris, me da igual,

Pero cielo,

Y no autos

Ni gente

Ni palomas en la zanja;

Cielo.

Esto es lo bueno de vivir en un barrio,

Poder caminar por la calle,

Y esto era una historia,

Que a falta de personajes,

Resolví hacerla poema
En algunas partes, Palermo es un pastiche. Geográfica, cronológica y sentimentalmente hablando.
Un popurrí de clase media alta con árboles, arte enlatado y mucha droga mal usada. Hay excepciones, claro, pero generalizar es un vicio que los perezosos, como vos, como la mayoría, adoran.
“¿Por qué no hay un puto kiosco?” se quejaba Diego, por calle Córdoba.
“Pensé que por acá había. Nunca me ubico en Palermo. Es todo igual” decía “Las mismas calles aunque las calles cambien.”
Más adelante esa noche, con Mati trataban de reconstruir otras noches parecidas.
“Uh, ¿Te acordás esa vez que vinimos a este bar?”
“¿Cuándo fue?”
“Cuando fuimos a ver tal banda, tomamos tal droga y terminamos en tal bar con tal otra gente tomando tal otra droga.”
“Sí, sí. ¿Pero cuándo fue?”
“Ah, ni idea.”
En la esquina de Humboldt y Honduras, un cómico de Videomatch estaba fumándose un pucho. Unas pibas bastante borrachas que iban delante de ustedes le gritaron: “No sabemos tu nombre, pero nos acordamos que estabas en Videomatch. Sos un groso”.
Ustedes tampoco conocían su nombre. Según Mati, hacía un papel de boludo. Diego y Fita ni siquiera lo sacaban de cara.
Siguieron caminando en círculos y llegaron a un bar muy careta. Cuarenta pesos las damas, cincuenta los caballeros.
“Yo tengo la contraseña para pasar gratis” dijo Fita. La ingresó en el patovica de la puerta y entraron.
Una mina con el culo más desproporcionadamente grande que viste en tu vida baila una canción de Abba, remixada.
“Cómo pega la onda Ricardo Fort.”
Un tipo los invita una botella de champagne. Fita pide un mojito. Mati cambia su copa por una cerveza. Diego sonríe, entre borracho y resignado, y baila.
Los cuatro se hunden en el sillón frente a unos maniquíes. Un cantante famoso que está demasiado gordo habla con sus amigotes a un par de mesas de distancia.
El pastiche se hace espeso como el culo enorme de esa mina que sigue bailando, ahora una de Depeche Mode, remixada también.
 

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