Luego de la derrota, saberse derrotado.

Sospechábamos que no había ido de putas ni una sola vez, ni una.
Como llegó, pispeó y se fue.
No sería una historia de grandes polvos ni grandes tertulias.
Una vez soñé ir con él a Cuba.
¡Pero basta, basta de él!

Coqueteando habido con mi costado más pragmático de nuevo
-vez de cordialidades súbitas,
cartel inesperado,
y sentir
que está ocurriendo algo real-,
presento una queja en el libro con pulso glacial,
que sea, quiera yo,
la final:

No es que no esté todo
para atrás como cuero de pija.
No es que yo haya aprendido a no llorar.
Sucede que adhiero al circo que levanto,
casi como si hiciera justicia,
casi como si hiciera pagar.
Y ahí es donde el minúsculo casi
germina
la imposibilidad de todas las beligerancias.
El circo se levanta pero mi grillo
se guarda un suspiro, papel de golosina, muchos quizás, quizás, quizás.

Concedo más de lo que bebo, hete aquí el problema que me regalé.
Una película en el parque, un recuerdo, militante y subversivo,
como llegó, pispeó y se fue.

0 Comentarios:

 

Blog Template by YummyLolly.com