si es que mi alma está vedada, miro las palomas, las patas de las palomas.
si es que mis manos podrían tocarte, no habría poema, ya que su olor se sentiría en todas las habitaciones del mundo. te toco las muñecas, te exprimo la sonrisa, y beso tus rodillas, tus delicadas rodillas blancas, blancas como el cielo blanco, blanca como la mañana del humor y la poesía.
si es que tenés vidrio en tus manos, si te veo comer vidrios y yo en tus ojos de alcohol. dentro de muy poco no van a existir tus manos. yo te veo de lejos. espera, en la espera.
mi yo lírico se derrite, le tengo tanto miedo al infierno, a mi infierno, que me enfermo, que caigo triste en mis sueños, que le veo el rostro y me mira riendo: escaleras brillantes, días nublados, lindos recuerdos perdidos.
mi tristeza no tiene antes ni después, es nacer con un nido de oscuridad en el pecho, y dormir entre lágrimas. el peor dolor tiene sabor a vacío:
yo y el vacío
casi en la eternidad
de lo oscuro:
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