el jardín de las flores muertas II

tu cuerpo
tu cuerpo intocable
tu cuerpo impermeable
bajo sus sucias
sus inmundas manos
sus manos
arañando tu piel
acariciando tus cabellos
cuales hojas
las hojas que yo misma
cortaba
juntaba
cuidaba
tu pecho
¡tu pecho!
por dios...
tu pecho
almohada de mi sien
jardín de las flores vivas
la cuales mis lágrimas
regaban al caer.

el jardín florido de tu pecho tenía
el sendero más dulce hacia tu sexo
por el cual mis labios deambulaban apacibles
hasta llegar a la fuente de tu cuerpo
una fuente de aguas diamantinas
donde podía yo beber hasta embriagarme
esas aguas inocentes
que eran diáfanas
impecables
infinitas
pero sus manos
¡sus intrusas manos!
tan intrusas como yo...
al espiar como ellas
estancaban tus aguas
contaminándolas por completo
y yo -intrusa, eternamente idiota-
bebiendo de esas mismas aguas
intoxicando ahora ellas cada gota de mi savia
marchitándome
junto a todas las flores de tu pecho muerto
tus hojas secas
tus aguas turbias
tu tierra infértil
tus ramas quebradas...
quebrada estoy yo
porque yo
fui tu flor
y flor morí en tu pecho
el pecho que ahora
es el jardín de las flores muertas