Quiero ir hasta tu casa bailando tu canción
Señorita, señorita
Ingrata, indeseable
La damita que no soy.
La puerta estática lamiendo tonterías
Mi cuerpo buscando compasión entre tus dedos
Hurgando por la ventana el olor a idea muerta
A la postre gimiendo lujurias y bohemios
El canto satánico que renace
Te amo como a Sade y te odio como a todos
Aquí cuelgo tu tertulia tu placer y tu dolor
La monstruosidad, la perversión
Y no tengo ninguna luz interna
La sangre que cubre el campo de batalla
La espada que cuelga del cuello inocente
Haz tu jugada que el tiempo me llama
Nací muriendo y eso tú ya lo sabes.
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