Una ventana,
Las cortinas,
La heladera,
La mesa,
La botella,
El vaso.
Una tele chiquita y apagada,
Un montón de historietas,
Una pila de libros, devedés y beacheeses
Aaima gatou
Jugando con un cucaracha muerta
Aima perrou
Ladrando en la esquina
El lavarropas que no anda
La cama, la mochila, los anteojos.
Dos guitarras,
Tres ceniceros,
Un millón
De maníes en el piso
Aima mosca
Atrapada en una bolsa de nylon
Aimde cucaracha
Con la que el gato juega
Una camisa blanca,
Una corbata negra,
Unas vans deshechas,
Un paquete de Philip Morris vacío,
Una banda de encendedores que no sirven
Dos paquetes de Camel sin abrir.
La lapicera que se revienta,
Los dedos manchados y lo poco que me importa.
La tinta entra en la herida
Y arde más, mucho más,
Que el mertiolate que te ponían de chico.
Y me lloran los ojos y me rechinan los dientes
Y la tinta cae
Como gotas de sangre negra
Sobre el papel.
Y el caos toma la hoja
Y me siento feliz
Con tan pequeña victoria
Y lamo la tinta de la hoja
Y me calienta, y se me para la pija,
Y me hago una paja, y acabo sobre el papel
Y todo es guasca y tinta
Que borran las palabras.
Y todo cobra sentido
Aunque nada lo tenga
Y el teléfono suena y me niego a contestar...
Pero la magia desaparece
Y atiendo,
Y ni daba atender;
Porque todo se cierra
De la forma que yo lo había previsto
Y no me gusta tener razón
Sobre determinadas cosas.
Un millón de maníes
Te estoy hablando de
lecciones de un mogólico hijo de puta,
PANICO,
Temor Morboso a La exposición Publica
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