un minuto cuarenta y siete
de pensar
en
volar
curar mis extremidades indelebles
y seguir
picando en piedras por todo el rio
pedirle perdon al monte
por enebrar otra vez
los suspiros del cielo
y caer en lo mas bajo de las sabanas
donde ellas guardan todas las miserias
como controlar
mi deseo desenfrenado
de romper todo
por el miedo a circulo perfecto
al rebote cosmico de locura
de la perfeccion misma que entabla el horizonte
volver a ser arena
y vos el niño, que me recoge.
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